Todos somos capaces de entender la muerte como un proceso de la vida. Somos muy conscientes que nuestra existencia es un “trámite” y que un día u otro las personas pasamos a otro plano. Y solo el mero hecho de pensar sobre ello, hace que debamos disfrutar la vida con todas nuestras fuerzas, cada hora y cada minuto hasta el último segundo.
En la sociedad actual el tema de la muerte se ha considerado un tema tabú que pocas personas se atreven a abordar y considero que deberíamos normalizar, sin excesivos dramas o aspavientos. Para la mayoría de personas, es muy común en todos los seres vivos, el mayor temor no es propiamente a la muerte, sino a la enfermedad o al dolor (aunque sea el dolor a la pérdida de un ser querido). Debemos de intentar cambiar ese paradigma, no es cuestión de temer la muerte, sino de disfrutar de la vida.
Ese pensamiento nos lleva a la conclusión que nuestro tiempo en este plano vital, no es infinito, de nosotros depende en que queremos utilizarlo o malgastarlo. En intentar diferenciar lo que nos importa con lo que es realmente importante.
En una ocasión cuando estaba empezando en la profesión un anciano que yo considero muy sabio me dijo: “Nunca te quedes con el si yo hubiera…Vive cada día como si no existiera un mañana.” Que no llegue nuestro momento lamentando lo que no hemos hecho y si disfrutar de todo lo que hemos vivido.
Recuerda haz lo que deseas y no lo que los demás esperan de ti.
¿Qué recuerdos os gustaría dejar en los demás?