La soledad en los mayores

En nuestro país ya son casi cinco millones de hogares donde vive solo una persona, y más del 40% de ellos son habitados por personas mayores de sesenta y cinco años. En su mayoría mujeres dado que la mortalidad en esas edades es mayor en los varones.

Este situación de vivir solo tiene consecuencias psicológicas en las personas, como afirma Juan Gonzalo Castilla, coordinador del Grupo de Psicología del Envejecimiento de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) “la clave no es la soledad objetiva (vivir solo), sino sentirse solo”.

Más allá de las frías cifras, desde el punto de vista cualitativo, se trata de “un tema muy oculto”, según Mari Carmen Martínez Altarriba, secretaria nacional de Semergen Solidaria, área de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria que está llevando a cabo un programa piloto para paliar la soledad en los ancianos. “Es una cuestión que atenta contra los derechos humanos, se considera un tipo de maltrato y la Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha declarado como problema de salud”.

Las consecuencias de la soledad en las personas y sobretodo en las personas mayores conllevan efectos múltiples, como el riesgo de depresión o incluso otros tipos de adicción como al alcohol, aumento de los niveles de ansiedad o trastornos del sueño.

Por citar un ejemplo las personas que sufren de soledad tienen el doble riesgo de mortalidad que las obesas.
Con el descenso de las relaciones sociales el riesgo del deterioro cognitivo y demencia aumenta considerablemente. La situación de abandono que conlleva la soledad en los mayores conduce también a una malnutrición, que repercute en un peor control de las enfermedades cardiovasculares y diabetes, sin olvidar el posible incremento de la obesidad por los malos hábitos alimentarios y la vida sedentaria. Por otro lado, la reducción de las salidas a la calle por carecer de compañía se traduce en un empeoramiento de las enfermedades de tipo óseo, como la artrosis.
Según calculó la Academia Americana de Psicología los riesgos a la salud de vivir en soledad las personas mayores con comparables con fumar quince cigarrillos al día.

Las soluciones aportadas por los expertos pasan por un respeto por la decisión de los mayores, así como su forma de vida, evitando la “infantilización” Les hace mucho daño que les traten como niños. Procurando que se sientan útiles y que se sientan escuchados (aunque nos cuenten la misma batallita cien veces)

Los avances médicos nos aportan más esperanza de vida, pero también más posibilidades de situaciones de pérdidas y dependencia; más miembros de la familia trabajando para sufragar los estilos de vida que tenemos, pero menos tiempo para dedicar a los seres queridos; más posibilidades de comunicarnos desde la distancia con la tecnología, menos momentos cercanos compartidos.

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